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Palco de Prensa: Mal y de malas.


                                     Por : Gilberto LAVENANT

Definitivamente, como dicen por ahí, a los empresarios de Baja California, solamente les falta que los orine un perro. Porque, la verdad, están mal y de malas.
 No solamente andan deprimidos y encorajinados,  con lo de la reforma hacendaria del Presidente Enrique Peña Nieto, que, entre otras cosas, estableció la homologación del IVA, con lo que a partir del 1 de enero del 2014, se incrementará del 11% al 16% la tasa del Impuesto al Valor Agregado.


Tenían la esperanza de que el nuevo Gobernador, Francisco Vega de la Madrid, les lanzara un “salvavidas”, que les permitiera aliviar en parte los estragos de la homologación. Las esperanzas se fortalecieron, cuando Kiko designó como Secretario de Desarrollo Económico, a Carlos Bonfante Olache, que ostentaba la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial en la entidad. Dieron por hecho que tendrían un fuerte aliado en el gobierno estatal.

Sin embargo, apenas a dos semanas de iniciada la administración kikista, saben perfectamente que Kiko Vega no les lanzará “salvavidas” alguno, ni Bonfante es aliado del sector empresarial, ni los panistas son proempresariales, como siempre se ha presumido. Andan que no los calienta ni el sol.

Algo realmente preocupante, pues se daba casi como un hecho, que, a fin de mitigar al menos un poco los efectos de la homologación del IVA, Kiko Vega implementaría un programa de rescate o apoyo al sector empresarial. Pero, aunque dice que “la gente manda”, las intenciones del gobernador panista, en contra de los empresarios, son realmente malévolas.

Esto  lo han comprobado, con el asunto del FIDEM, Fideicomiso Empresarial del Estado, creado en septiembre del 2000, durante la administración del Gobernador Eugenio Elorduy, para aminorar un poco los reclamos por el establecimiento del Impuesto Sobre Remuneraciones al Trabajo Personal, conocido comúnmente como “impuesto sobre nóminas”, equivalente al 1.8 sobre los montos de sus respectivas nóminas.

Los recursos de los que dispondría el FIDEM, para su operación, se constituirían con el 5% de lo recaudado por el impuesto sobre nóminas, que se destinarían, entre otras cosas, a la elaboración de estudios y proyectos, programas de promoción, campañas de difusión, programas de capacitación, programas de becas, programas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas, gestión de proyectos, construcción de obra pública y apoyo  a equipamiento.

Los fideicomisarios o beneficiarios del FIDEM, son las instituciones públicas y privadas, las comisiones o consejos empresariales, reconocidos legalmente, las que deben presentar sus proyectos a las organizaciones empresariales, considerados como organismos intermedios, a través de un comité técnico, que debe evaluar los proyectos y autorizar los apoyos.

En el Artículo 151-16 de la Ley de Hacienda del Estado, se señalaba claramente que de los ingresos totales que se obtuvieran por concepto de recaudación del llamado impuesto sobre nóminas, se destinaría el 5% al Fideicomiso Empresarial del Estado, pero cuyos objetivos son a).- Apoyar la seguridad pública en el Estado, b).- Fomentar la participación social en la educación, y c).- Fortalecer las Comisiones y Consejos de Desarrollo  Económico. O sea, no es solamente en beneficio del sector empresarial.

En el 2013, el impuesto sobre nóminas permitió al Gobierno Estatal lograr ingresos por más de mil millones de pesos, cuyo 5% representó apenas 53.7 millones de pesos. Considerando que dicho monto era realmente poco, respecto de un impuesto cubierto por los propìos empresarios, a mediados del presente año, la fracción parlamentaria priísta, en la legislatura estatal, presentó iniciativa para incrementar del 5% a cuando menos el 30% la aportación al FIDEM. Esto implicaría recursos anuales de 150 a 200 millones de pesos, en el 2014. Los empresarios se pusieron más que felices.

La propuesta fue aprobada por mayoría calificada en el Congreso Estatal, 17 votos, y el decreto correspondiente apareció publicado en el Periódico Oficial del Estado de fecha 5 de julio del año en curso. Empero, un día antes de que concluyera su gestión, Osuna Millán presentó una iniciativa, para regresar del 30% al 5% las aportaciones al FIDEM.

En base a esa “línea”, los diputados de la actual legislatura han estado cuestionando el monto y destinos del FIDEM, sin ocultar su intención de recortarlo. Esto inquieto a los dirigentes empresariales, que a toda costa han defendido se respeten dichos recursos.

Esta semana, ante las pretensiones panistas de disminuir el porcentaje de aportaciones a dicho Fideicomiso, el diputado del PRD, Roberto Dávalos, se pronunció, para que desistieran de dichas intenciones y exhortó a los demás legisladores a no regatearles tales recursos a los empresarios, señalando que son aliados importantes en la generación de empleos y en la vida productiva en Baja California.

El llamado del perredista no tuvo eco, a tal grado que ayer, los diputados del PAN, integrantes de las comisiones conjuntas de Hacienda y Desarrollo Económico, dieron el primer paso para reducir del 30% al 5% las aportaciones al FIDEM.

Pero no sólo eso, dijo que mañosamente se dejó un transitorio, para establecer la posibilidad de un ligero aumento, con el fin de provocar una reunión de los empresarios con el Gobernador y que al final este quede como “héroe”, al conseguirles un incremento.

El legislador dijo que esta decisión es una clara muestra de la intromisión del Ejecutivo Estatal en el Poder Legislativo, al enviar a sus diputados panistas con “palos”, “chacos” y “bates”, para hacer el trabajo “sucio”, a fin de golpear al sector empresarial. Ya están sacando las uñas.
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